El Papa Pío XII en 1954 con la Carta Encíclica AD CAELI REGINAM instituye la fiesta litúrgica de la «Bienaventurada María Virgen Reina» recordando en tal ocasión como en 1950 el mismo y ante una multitud decretó también el dogma de la Asunción de la Beatísima Virgen María al Cielo.
María siempre fue la Madre que reina con maternal corazón y el pueblo, su hijo, nunca dejó de elevarle oraciones y súplicas para su intercesión. La Virgen nunca falla, tanto en los momentos de felicidad y alegría como en los de angustia y peligros, el Papa Pio XII, fiel hijo de María, nos invita a amarla con amor tierno y vivo.
La celebración fue trasladada al 22 de agosto, octava de la asunción de María en la última reforma litúrgica, unificando de estas maneras las 2 fiestas celebradas; una el 31 de mayo por la Iglesia, como coronación del mes mariano y la otra celebrada por la familia franciscana el 15 de diciembre, concesión pontificia bajo el título de “María Virgen, Reina de la Orden de los Menores”
Texto completo Carta Encíclica AD CAELI REGINAM http://www.vatican.va/content/pius-xii/es/encyclicals/documents/hf_p-xii_enc_11101954_ad-caeli-reginam.html
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