El sábado 28 de noviembre en Belén, ciudad donde nació Jesús, iniciaban las celebraciones de adviento.
La entrada solemne del Custodio de Tierra Santa Fray Francesco Patton y la misa solemne celebrada al día siguiente marcan el inicio de las tradicionales celebraciones litúrgicas del tiempo de Adviento.
Este año, en tiempo de pandemia, será también para la tierra de Jesús un tiempo especial.

Este sábado 28 la jornada comienza con el encuentro del Custodio con parte de la comunidad de la parroquia de San Salvatore en el convento franciscano de la ciudad vieja.

Fray Amjad Sabbara, párroco del Convento, destacó la importancia de las raíces cristianas de los fieles locales y la importancia de ser cristiano en este lugar tan particular.
Posteriormente Fray Patton, nos decía «Hoy queremos tomar simbólicamente la luz que viene de Belén», «para mantener viva la esperanza, confiar en el Padre celestial y en la caridad que nos lleva a ser solidarios y ayudarnos unos a otros. El virus pasará, lo importante es que se mantenga la solidaridad entre hermanos y hermanas de la comunidad. Que el Señor nos ayude a mirar hacia adelante, a vivir siempre con esperanza”.
Continúa la celebración con el saludo a la representación civil y religiosa que viene de Beit Jala frente al Monasterio Griego Ortodoxo de Mar Elías, y luego se dirigen hacia la Basílica de la Natividad en Belén donde hace su entrada solemne en la Basílica de la Natividad.
Pocas horas después de esta breve celebración, el Custodio presidió las solemnes Primeras Vísperas del primer domingo de Adviento
en las que se insertó el rito tradicional de la claraboya, que consiste en el encendido de la primera vela de la corona de Adviento con una vela encendida en el pesebre, lugar del nacimiento de Jesús.
El domingo por la mañana se celebró la misa solemne en árabe.


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