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Ayer un grupo de (¿cómo definirlos…?) personas, robaron de una iglesia romana unas figuras y las arrojaron al Tiber. El video que grabaron y subieron a Youtube tiene ya más de 110.000 visitas y comentarios que evidencian quién está detrás de este tipo de «iniciativas».

A raíz de este hecho Amazonía Casa-Común, una plataforma conformada por varias organizaciones como REPAM, el Movimiento Católico Mundial por el Clima, Caritas Internationalis o la Orden de Frailes Menores, ha emitido un comunicado en el que denuncian  «que en los últimos días, hemos sido víctimas de actos de violencia, que reflejan la intolerancia religiosa, el racismo, actitudes vejatorias, que sobre todo afectan a los pueblos indígenas, y demuestran una negativa para construir nuevos caminos para la renovación de nuestra Iglesia. «

Basta darse una vuelta por los principales portales católicos «tradicionalistas» para ver quién está detras de estos hechos. Y quiero ser claro, los únicos responsables del odio y la división que vivimos en la Iglesia hoy son aquellos que alimentan dicho odio y división.

Medios que, con oscuros intereses, atacan un día sí y otro también a cualquier cosa que diga o haga el Papa y que ponga en peligro las prebendas y comodidades adquiridas durante siglos.

Aquellos que han arrojado las imágenes al rio, o los que hacen pintadas en la Nunciatura de Madrid o inundan las redes sociales de su odio, son VICTIMAS. Víctimas de un sistema que enajena a las personas y las vuelve contra los demás.

Dios, siempre misericordioso, pedirá cuenta a los primeros, no tengo dudas, de su maldad.

Fray Jaime Campos OFM, responsable de la oficina de JPIC de la Curia General de la Orden de Frailes Menores, en declaraciones a pazybien.es, indicó que: «nuestra primera reacción nos impulsa a denunciar estos hechos pero creo que hay que dejar espacio al empobrecido, al que no tiene el poder de defenderse. Si bien es necesario levantar la voz y denunciar este tipo de actos, es necesario empatizar con quienes, a diario, sufren hostigación, indiferencia y desprecio».

Para el franciscano «es doloroso ver esas imágenes de vida arrojadas al rio pero duele más cuando son las personas más vulnerables quienes son agredidas a diario. Y es por ello que el sínodo es tan importante, porque es necesario abrirse al dialogo, abrirnos a mirar la sociedad y no solamente desde un «fundamentalismo litúrgico» en que muchos están cayendo». Y reiteró que «hoy toca ponernos al lado de los que son víctimas y muchas veces tienen que callar».

Comunicado de Amazonía Casa-Común

 “Esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mi” 

(Romanos 1,12) 

El sínodo que se celebra estos días en Roma, empezó hace dos años en el territorio amazónico, el proceso de escucha iniciado en Puerto Maldonado, en suelo peruano, se fue extendiendo, no solo en el continente americano. Muchos católicos y católicas del mundo se pusieron en camino para acompañar este proceso sinodal. 

Miles de personas han dado su voz, sus propuestas, sus opiniones sobre cómo construir una iglesia con rostro amazónico, una iglesia que aporta desde su esencia a la Iglesia universal. 

En este mismo camino nos encontramos ahora en Roma acompañando la Asamblea en la que alrededor de 300 personas, padres sinodales, representantes de pueblos indígenas, expertos, están participando del Sínodo de la Amazonía. 

La iniciativa “Amazonía: Casa Común” (presentada en rueda de prensa el 20 de septiembre, sala Marconi – Edif Vatican News) es el fiel reflejo de este ser iglesia unida, comprometida y diversa, en la que se reúnen más de 30 instituciones católicas de varios países de América del Sur, de Norte América y de Europa para acompañar espiritualmente el Sínodo, compartir realidades y visibilizar la experiencia de la Ecología Integral, inserta en los pueblos y en los habitantes de la Amazonía. Esta es una iniciativa donde han confluido muchas voces, pensamientos, sueños y testimonios misioneros, pastorales, socio ambientales y espirituales trayendo la Amazonía al corazón del Vaticano. 

Lamentamos profundamente y a la vez denunciamos que en los últimos días, hemos sido víctimas de actos de violencia, que reflejan la intolerancia religiosa, el racismo, actitudes vejatorias, que sobre todo afectan a los pueblos indígenas, y demuestran una negativa para construir nuevos caminos para la renovación de nuestra Iglesia. 

Alertamos que estos actos pueden repetirse o subir el tono, y generar mayores afectaciones. Nuestra presencia e iniciativas han sido en todo momento pacíficas, siempre en actitud orante y pidiendo la acción del espíritu en este proceso sinodal. No vamos a responder a estas actitudes de 

violencia y en fidelidad evangélica reconocemos y respetamos la diversidad en otras expresiones del encuentro con Cristo. 

Confiamos que el llamado del Evangelio de Cristo es para todos sin excepción, y como Casa Común apostamos por ser una Iglesia unida en nuestras diversidades. 

Llamamos a todas las personas de buena voluntad a permanecer unidas, a mantenernos en el compromiso y esperanza por la defensa de la vida y la Amazonía. 

Él no se cansa de repetir: “todos”. Todos, porque ninguno está excluido de su corazón, de su salvación; todos, para que nuestro corazón vaya más allá de las aduanas humanas, más allá de los particularismos fundados en egoísmos que no agradan a Dios.” 

Papa Francisco – Homilía 20 de octubre 2019 

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