«nos hemos acercado todos, para ver la situación en nuestro convento, Se puede decir que es completamente inhabitable, de hecho es completamente inhabitable. Naturalmente, como el convento se encuentra prácticamente delante del puerto, el estallido no solo se notó más, sino también antes.
Nuestros frailes están todos bien, podríamos decir que gracias a la Providencia, porque la habitación del Padre Angelico —que es la que da a la calle— está completamente destruida… os hemos enviado las imágenes.
La iglesia ha sufrido daños, pero al ser una estructura muy maciza ha respondido bastante bien, en el contexto de un barrio destruido.
Hoy, al volver, hemos pasado por el puerto, y el espectáculo es desolador: Nosotros, que desgraciadamente estamos acostumbrados a los efectos de la guerra, nos ha recordado mucho al desastre y la devastación que hubo en Homs tras los bombardeos, o ciertas zonas de Alepo… Es algo verdaderamente impresionante.»
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