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Menores en Sectas

 

Ingreso de menores a una Secta

El ingreso de menores a las sectas puede ser por 3 vias:

 

  • Sus padres son miembros y ellos nacen dentro del grupo:

Para ellos la doctrina grupal es ‘parte de su vida’. Se han criado con esa dinámica y costumbres. Será muy difícil su recuperación, aunque no imposible.

 

  • Ingresan allí junto con sus padres:

En este caso se trata de niños y/o adolescentes. Actualmente muchos jóvenes entre 30 y 35 años, son captados por estos grupos e ingresan con sus hijos menores ante la posibilidad de una vida “más fácil y cómoda”.

 

  • Adhieren al ser reclutados:

Generalmente se trata de adolescentes. Sería difícil, aunque no imposible, que el reclutamiento apuntara a niños.

En los tres casos, el adoctrinamiento será paulatino pero efectivo. Unos, los primeros, se criaran con esa doctrina junto al alimento de cada día. Los otros, serán sometidos a técnicas despersonalizadoras que poco a poco intentarán borrar todas sus ideas preconcebidas. Todos sus sentimientos de la ‘vida anterior’ serán tildados de malos y pasarán, al igual que sus padres, por un proceso de Reforma del pensamiento y condicionamiento conductual, (denominación científica del mal llamado lavado de cerebro).

 

Situación Jurídica

En la mayoría de las sectas no se llevan registros de nacimientos, ni de muertes. Esto da lugar a suponer posibles ventas de niños, para adopciones ilegales; para la tan mencionada trata de blancas; para la incitación a la prostitución, o bien para tráfico de órganos.

Muchas veces la inscripción de los niños en el Registro Civil, se hace a nombre de otros miembros de la secta o del propio líder, para retener así a los verdaderos padres del menor. De abandonar el grupo, perderían todo contacto con su hijo, ya que legalmente no es suyo.

Es lógico suponer, que el primer cuestionamiento a lo recién expresado será que, mediante un simple análisis de sangre y posterior comparación de ADN, se resolvería el problema. Sin embargo, la clave de este comportamiento está en lograr la sumisión del adepto a punto tal que, sin dudar, actúe de acuerdo a la voluntad del líder sectario.

 

Situación familiar

Realmente no existe un verdadero concepto de familia. El rol paternalista lo ejerce el líder sectario, y el rol materno lo ejerce el propio grupo, que acoge a todos en su seno.

Los grupos sectarios no favorecen en general la unión familiar, con lo cual muchos niños son separados de sus padres en temprana edad. Se los considera un bien de la comunidad. La devoción debe ser exclusivamente para el líder con lo cual queda excluida la relación padre-hijo en sentido tradicional. El líder toma todas las decisiones y los padres (y niños) deben acatar en todo momento. Ya no es papá el héroe, como en el caso de una familia tradicional. Aquí, sólo el líder sectario puede ser considerado como un héroe. Lo otro sería soberbia, o peor aún: insolencia o pecado.

Generalmente el cuidado de los niños se brinda a otros miembros de la secta o bien a la escuela (interna).

Educación

Se cambian las pautas culturales anteriores a la vida sectaria. La educación se basa principalmente en sus creencias religiosas. Se inculca una dependencia total hacia el líder y/o el grupo y, como consecuencia de ello, no tienen iniciativa propia.

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