Clara solo cuenta con diecisiete años. Se marcha de su casa paterna o sea se despoja conscientemente de los suyos después de vender su herencia y repartirla a los pobres, y comienza su camino. Durante poco tiempo nos sorprenderá su recorrido, en busca de lo que realmente desea su alma y lo que a lo largo de su vida defenderá con mucho ahínco. Atraviesa su mar rojo dejando su encerrado castillo hasta la Porciúncula donde es acogida por Francisco y sus hermanos, estamos en el 18 de Marzo 1212. Aquí Francisco corta su cabello voluntariamente signo de penitencia y consagración y la conduce al monasterio de las Benedictinas de S. Pablo de Bastia. Aquí seguirá como vimos en un artículo anterior un calvario tanto para ella como para las hermanas en este monasterio. Una semana santa muy significativa en la vida de Santa Clara. Habrá que luchar hasta el último momento, hasta que se cansen sus parientes, enojados y avergonzados. Pero poco después esta doncella nos sorprende de nuevo, se traslada al Sant´Angelo de Panzo en compañía de Francisco y fray Felipe longo, un ciudadano asissiense.
Clara abandonó una vez más el claustro monacal de las benedictinas y se sitúa con unas mujeres semi religiosas retiradas de la ciudad, que viven del trabajo de su manos y están al servicio de familias vecinas, sin protección y sin seguridad. Aquí en este nuevo hogar se encuentra la mujer aristócrata. Un campo nuevo y una experiencia nueva en su vida, un nuevo aprendizaje y un nuevo encuentro de lo que tanto había pedido al Señor, << que concediera fuerza a su hermana pequeña Catalina para dar paso al seguimiento de Cristo>>.
Dos semanas después de la fuga de Clara, se produce la fuga de Catalina, el 4 de Abril del mismo año, otros dirán el día 12 del mismo mes. Una nueva espina familiar, nuevos desacuerdos, de hecho su hermana sufre una tortura grave por parte de la familia Ofreduccio sin conseguir apartarlas de la opción tomada. Se valora por ello la oración de Clara durante la tortura. Catalina se corta el cabello de nuevo en manos de Francisco tomando el nombre de Inés que significa <<cordero>>. También le atribuye el cambio de nombre como signo de un nuevo comienzo o incluso por la santa mártir romana Inés. En muy poco tiempo también llega otra hija de familia aristócrata y amiga de estas, Pacifica de Guelfuccio. Se habla de otra posible entrada junto a Pacífica.
¿Qué es lo que pasa en tan poco tiempo? ¡Todavía no se asienta Clara pero su vida atrae! Dios suscita una llamada en Clara y efectivamente la reserva para sí, y para que esta llamada llegue a su consumación, suscita y congrega en torno a ella otras mujeres con el mismo deseo que se unen para llevar a cabo esta gran misión. ¡Un nuevo camino carismático!, en la historia de la Iglesia y en la familia franciscana. Sin estructuras y sin formas, estas mujeres se unen con el único deseo: encarnar la fidelidad de Dios en la fraternidad siendo menores, pacíficas y pobres, contemplándole, abrazándole en la iglesia, en todo hombre y mujer que pasara por sus vidas.
¡Qué misterio el de Dios! En tan solo diez y seis días, comienza a ensanchar la sororidad de Clara. Todavía no se asienta esta jovencita, y su vida atrae a otras muchachas que deciden abandonar sus claustros hogares por el amor a Dios. La vida de Clara habla desde el silencio y qué inmensa alegría que otras jóvenes la comprendan y se sientan interpeladas. Clara irradia desde los primeros momentos felicidad, paz, belleza de haber sido conquistada por el más bello de los hombres (término que utilizará en sus cartas).
Ante un crecimiento rápido o posiblemente también dentro de los planes de Clara desde que sale de su casa, habrá que tomar nuevas y concretas decisiones: el traslado a S. Damián, aquella capillita restaurado por el mismo Francisco cumpliendo así aquella visión profética de Francisco recogida tanto en la Regla de Clara (RCl Cap. VI) como en su Testamento (TestCl 9-14). Sin ninguna definición jurídica, sin formas, sin estructuras, sin Reglas, aquellas mujeres se trasladan a S. Damián entregándose así de llena al Evangelio, el centro de su vida y de su mirada. Sin seguridad, fuera de los muros de Asís pero muy cerca, distan solo 800 metros, sin propiedades y sin privilegios, bajo la guía de un hermano (Francisco) considerado por chiflado y nada más. Solo y tan solo se gozan de una vida que arde en llamas de amor y que desprende un olor tan distinguido y tan suave que llega hasta muy lejos de Asís; a 40 km por ejemplo, con la llegada de la hermana Bienvenida de Perusa. Mujeres débiles y frágiles pero proféticas que día a día llevan al cumplimiento la profecía de Francisco e inundan todos los valles de Asís con un olor de santidad. Sin nada pero con TODO.
¿Qué las anima? Ahí se encuentran tan entusiastas, dispuestas, contentas y alegres experimentando más que otra cosa ese Amor, tan grato a Dios. Se sienten halladas por el Amor Perfecto y Eterno y para ello, día tras día espabilan el oído para escuchar a Aquel que se ha vuelto loco por ellas, el deseo inalterado de Dios para encontrar su criatura. Mujeres fortalecidas por el día a día con una respuesta gozosa y alegre. Unas damas que por haber hallado el tesoro escondido, venden todo lo que tienen y compran.
Un día a día que no será nada fácil según nos lo dice Clara y por lo cual viendo Francisco que no se alteraban estas hijas por cualquier cosa, ni trabajo, ni tribulación, ni afrentas, ni desprecio del mundo sino que al contrario, todas estas cosas las tenían por grandes delicias, movido a piedad les escribe en pocas líneas una Forma de vida <<Forma Vitae>>, o la <<Forma vivendi>>, la que ellas ya viven gozosamente.
Francisco escribe esta forma de vida basándose en lo que vivían ya estas jóvenes en san Damián. Una Forma de Vida tan importante que ocupa el corazón mismo de la Regla de Clara (RCl 6).Es así de importante que la vuelve a repetir en su testamento (TestCl).
También es de apreciar que después de la proto-Regla (La primera Regla y escrito de Francisco) perdido de los hermanos, esta forma vivendi será el primer escrito conocido de Francisco.
Este pequeño y breve documento viene a hablarles del;
– don de la vocación como una inspiración divina
– la promesa de obediencia a Francisco de Clara y sus hermanas
– Jesucristo el camino, el Hijo de Dios será su camino
-la promesa de la atención de Francisco y sus hermanos ofrecida a Clara y las hermanas (recordaremos que en S. Damián hubo hasta cinco hermanos de Francisco que proveían a las hermanas)
De una manera muy amplia, en este documento se incluye a todas las hermanas que reconociendo lo que comporta ese seguimiento continuo seguirán siendo modelo, ejemplo y espejo universal.
CONTINUARÁ…………………………………………………………………………………………………
HNA. Catalina Mª Inmaculada Ohp
Comentarios
0 Comentarios