El pasado 14 de Setiembre los refugiados cristianos de la llanura de Nínive – antigua ciudad Asiria – celebraron la fiesta de la Santa Cruz. Esta fiesta es particularmente importante para las comunidades cristianas de estas tierras de la región de Mosul en Irak.

Las dificultades que aún persisten luego que en 2014 los yihadistas invadieran el lugar y hoy el Covid-19, también presente allí no impidieron la celebración.
Según informó la agencia católica Fides, la noche del domingo 13 de septiembre, cristianos de Teleskof (Tesqopa) y decenas de familias cristianas de Talkaif, Batnaya, Baqofah e incluso de Mosul ubicada 30 km al norte. Se reunieron en la iglesia caldea de Mar Gewargis (San Jorge), para participar en la misa y luego en la procesión con velas y antorchas que serpenteaba por las calles de la ciudad hasta la llamada “Colina del Obispo”.
Las llanuras de Nínive, se han vaciado después de haber estado habitadas en su mayoría por cristianos caldeos, sirios y asirios, debido a la ocupación de los milicianos del autodenominado Estado Islámico (Daesh); pero esta realidad está cambiando y en los últimos años, las liturgias, procesiones y momentos de devoción popular en honor a la Santa Cruz han representado una manifestación concreta de la reanudación de la vida comunitaria.

Estas comunidades cristianas nos dan su testimonio diciéndonos: “todavía estamos aquí, aunque nadie nos proteja, porque estamos seguros de que el Señor Jesús nos protegerá, con María su Madre”.
Texto original: declaraciones del arzobispo siro católico de Adiabene (Hadib) Nizar Semaan a la Agencia Fides.
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