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Shannon Stapleton/Reuters

Con su sayo y sandalias de franciscano, el padre Mychal F. Judge, OFM, encontró la muerte mientras ofrecía los sacramentos a los heridos y moribundos del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York.

Fray Mychal fue oficialmente el primer fallecido en los atentados a las Torres Gemelas, hoy hace 17 años.

Tras el atentado contra la primera de las Torres, el padre Judge llegó junto con uno de los primeros grupos del cuerpo de bomberos. Inmediatamente se puso a dar la absolución a los heridos y a consolarles durante aquellos minutos de pánico total. Poco después, la Torre se desplomaba, aplastando en su caída al franciscano.

El padre Judge, irlandés de 68 años de edad, era capellán del Cuerpo de Bomberos de Nueva York, y ya en el pasado había tenido que afrontar situaciones dramáticas.

Vivía en un monasterio cerca de la estación de Manhattan, pero dedicaba buena parte de su labor apostólica a atender a las víctimas de incendios y a enfermos en los hospitales de la metrópoli estadounidense. Había vivido en primer persona las tragedias de la ciudad en las últimas décadas.

Cuando los bomberos llegaban a la línea de fuego, Judge asistía a los familiares de las víctimas, que en alguna ocasión fueron los mismos bomberos, y celebraba sus funerales.

Cuando tuvo lugar el trágico accidente del vuelo TWA 800, en Long Island, el padre Judge estaba allí consolando a los desgarrados familiares de las víctimas y alentando la labor de los equipos de auxilio.

El comunicado de la Provincia franciscana del Santo Nombre en Nueva York, a la que pertenecía el fraile, decia «el padre Mychal falleció haciendo lo que más amaba junto a la gente que más amaba: los necesitados».

Más de 3000 personas asistieron, el 15 de septiembre de 2001, a la misa funeral del fray Michael en la iglesia de San Francisco de Asís de Manhattan.

Fray Michael Duffy, un grupo de bomberos y otras personas saludan el féretro de fray Mychal durante su funeral. (Suzanne DeChillo/ The New York Times)

 

Su trabajo con la comunidad LGTBI

La entrega de fray Mychal, evidenciada en su trabajo con los bomberos, tenia muchas más aristas. Un pequeño anuncio, en el periódico gay OutWeek, nos habla de una de ellas: el trabajo con los enfermos de SIDA.

El anuncio decía «En el espíritu de Asís… asistiendo a nuestros hermanos y hermanas afectados por el SIDA»

El servicio del padre Judge consistía en visitar enfermos de SIDA en los hospitales, rezar por ellos y, simplemente, tomarlos de la mano.

Cuando a fray Mychal se le ocurrió este ministerio no era un tiempo muy propicio para ellos. En 1989 el SIDA afectó a más de 5000 personas en la ciudad y tuvo que enfrentarse a la postura inflexible de la Iglesia sobre el uso de preservativos y la comunidad homosexual.

Aquel pequeño anuncio en blanco y negro, rodeado de ofertas de alquiler y teléfonos eróticos, despertó el interese de muchos y ayudó a otros tantos.

Una relación «difícil» con la jerarquía.

La implicación del franciscano con las causas de los más desfavorecidos le ganó muchos dolores de cabeza en su relación con la Iglesia.

Una vez, refiriéndose a lo que el llamaba «BFMs», (monseñores gordos, por sus siglas en ingles), escribió a un fraile amigo «muchas veces siento que yo pertenezco a una Iglesia distinta de la de ellos».

Fray Judge tuvo una relación complicada con el cardenal John O’Connor quien fuera el arzobispo de Nueva York durante aquellos años y con un fuerte talante conservador.

Fray Mychal con su escuadrón de bomberos.

Fray Mychal, fallecido el 11 de septiembre de 2011, paso su vida sirviendo a las personas sin hogar, los adictos, los necesitados y los enfermos de la ciudad.

Murió dando su vida por los demás en los atentados del 11S y, quizás, el nuevo criterio para la santidad oblatio vitae (ofrecimiento de la propia vida) lo conduzca, antes o después, a la santidad. 

Paz y bien!

 

 

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