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«¿Que es un rebelde? ¡Un hombre que dice no!» Albert Camus

 

Comencé a leer el nuevo libro de fray Enzo Fortunato OFMConv (responsable de la Sala Stampa del Sacro Convento de Asís), titulado “Franceso il ribelle” (Mondadori 2018) y tiene muy buena pinta.

 

El Francisco que nos presenta fray Enzo es, desde mi punto de vista, el que hoy puede ser más atractivo al mundo moderno. El Francisco revolucionario.

 

Porque en estos tiempos de crisis, ser fiel a Cristo es una tarea revolucionaria. Y esa fue la respuesta de Francisco de Asís, un anticonformista, un rebelde, a los males de su tiempo.

 

Francisco fue, en palabras de Philippe Daverio, quien mejor supo interpretar las nuevas sensibilidades que la Italia de las comunas estaba generando y por ello es hoy (y siempre lo ha sido) un modelo actual.

Francisco los transformó todo (o casi).

 

“El claustro es el mundo, la celda nuestro cuerpo: Francisco rompe con los lugares cerrados que son una forma de poder que excluye, separa, divide. El mundo es la casa de Dios y el lugar donde caminar juntos, no donde esperar”.  Dice Fortunato y propone dos ejemplos.

 

EL primero tiene que ver con el rechazo de Francisco a vivir según las reglas monásticas de su época (San Bernardo, San Benito o San Agustín): “Esto me ha dicho el Señor que quería de mi: que yo fuese un nuevo loco en el mundo” (Leyenda de Perusa, 18)

 

Y el segundo con el ámbito de su predicación: elige las plazas, los campos y lo hace, además, en una lengua “nueva”, el italiano.

 

Precisamente el lenguaje utilizado por el Poverello es muy significativo. Fortunato destaca que Francisco utiliza una terminología que busca oponerse a los antagonismos de una sociedad basada sobre el poder y sobre la fuerza de las relaciones familiares.

 

En una época donde los términos “superior”, “prior”, “abad” o “abadía” tenían un claro componente de poder, por ejemplo, “abadía” significa “que pertenece al abad”, Francisco opone la palabra “convento” que tiene más que ver con el estar juntos, el compartir y el convenir.

 

Pero esta “rebeldía” de Francisco también lo hace incorporar palabras claves como “menores” y claramente, indica fray Enzo, “fraternidad” y “hermano”.

 

El termino para indicar al responsable de un grupo de conventos no es “superior” sino “custodio” que custodia y valoriza desde el sentido de la fraternidad. Del mismo modo que el responsable de un convento es el “guardián”, alguien que vela por los otros.

 

Para Francisco los frailes son un bien precioso en tanto cuales y no por su condición social de origen. Instaura así una nueva forma de estar en la sociedad: circular en lugar de piramidal. Ya no es uno por sobre el otro sino uno al lado del otro.

 

Francisco de Asís, remarca el autor, es un rebelde contra su tiempo que ha sucumbido ante el individualismo y la “sociedad del tener”. No es un rebelde contra la Iglesia o contra la jerarquía.

 

De hecho, esa Iglesia, que en su día lo miró con cierta sospecha, ha elegido hoy vivir su nombre y continuar el sueño de Francisco: vivir la paz, la solidaridad y respetar la creación.

 

Paz y bien!

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