El Papa Francisco en el Ángelus del 04 de octubre, nos compartía, que ayer viajó a Asís para firmar la nueva encíclica, “se la ofrecí a Dios en la tumba de San Francisco, en quien me inspiré como en la anterior Laudato si’. Los signos de los tiempos muestran claramente que la fraternidad humana y el cuidado de la creación son el único camino hacia el desarrollo integral y la paz como ya indicaron los santos papas Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II. ¡Qué San Francisco acompañe el camino de la fraternidad en la Iglesia, entre los creyentes de todas las religiones y entre todos los pueblos!”
La tercer Encíclica del Papado de Francisco «Fratelli Tutti» sobre la fraternidad y la amistad social fue presentada en conferencia de prensa por el cardenal Pietro Parolin, el Cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, MCCJ, el juez Mohamed Mahmoud Abdel Salam, la profesora Anna Rowlands y el Prof. Andrea Riccardi cinco oradores elegidos por el papa que nos ayudaran a reflexionar sobre el texto.
Desde las primeras líneas el Papa quiere dirigirse a todos y a todas, tratando de llevarnos más allá de las distinciones de hombres y mujeres, entre distantes y cercanos. En el primer capítulo, el punto de partida es un mundo dividido, cerrado, herido, sombrío donde lo fragmentado, tus heridas, son las que prevalece y se hacen más evidentes por la actual crisis de salud.
En el documento, encontramos muchas referencias a temas que el Santo Padre ha tratado en sus numerosos viajes, en los muchos encuentros acaecidos o citando a poetas como Virgilio. Francisco, en su maravillosa capacidad de síntesis se alegra que estas “Lagrimas del poeta” tengan consecuencias en la mente y el corazón del hombre transformando el esfuerzo personal y colectivo del mundo y de las sociedades en buscar la fraternidad y la amistad entre los pueblos; aquí el Papa hace referencia que que ese diálogo no puede ser con aliados o socios sino como hermanos y hermanas para así poder reparar el mundo dividido. Por esta realidad, nos invita a profundizar en aquellos organismos intermedios de la sociedad y en los movimientos populares que constituyen comunidades de base.
Otro de los Capítulo de la Encíclica, profundiza las necesidades de paz que tiene el pueblo frente a la política y las otras religiones, un espacio abierto a todos recordó Juan Pablo II. El corazón de la encíclica lo podemos encontrar en la Parábola del buen samaritano. Para seguir profundizando en esta nueva encíclica compartiremos en próximas publicaciones las referencias realizadas por los distintos disertantes de esta primera conferencia de prensa y mas.
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