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Muchas veces nos quejamos del envejecimiento de nuestra Orden y de la falta de vocaciones.

 

Casi nunca atinamos a hacer un diagnóstico certero del porque y, por tanto, equivocamos los “tratamientos” que intentamos aplicar.

 

Hace unos días estuvo en Madrid nuestro Ministro General, Tibor Kauser, y dió alguna pista interesante que me ha hecho pensar. No tengo intención de hacer diagnósticos, simplemente comparto, con quien quiera leerme, algunas consideraciones.

 

Sin duda hay muchos motivos de la actual situación de la OFS, históricos, sociales, espirituales y estructurales. Pero quisiera detenerme en un punto en particular: la familia.

 

No la familia franciscana, sino la propia familia de los hermanos y hermanas.

 

El hermano Tibor, preguntado por un hermano acerca de cómo compatibilizaba su vida profesional (es arquitecto), familiar y su servicio a la Orden, respondió algo que, por evidente, muchas veces se nos olvida:

 

“No debemos olvidar que primeros somos seres humanos, luego católicos y finalmente franciscanos. En ese orden. Por tanto, la propia familia es lo primero. Hay muchos buenos franciscanos seglares que no pueden, por sus propias situaciones familiares, participar de la vida de fraternidad. Esto no hace que sean peores franciscanos…”

 

En el art. 12.1 de nuestras Constituciones Generales (CCGG) se nos invita a dar testimonio, en primer lugar, en nuestra propia familia.

 

Más adelante, en el art. 24.1 se nos recuerda que nuestras propias familias son el ámbito prioritario en el que vivimos nuestro compromiso cristiano.

 

Tibor mencionaba además que “las fraternidades no pueden ser un lugar donde refugiarse de las propias familias…”

 

Me surgen algunas preguntas:

 

  • En un mundo donde se habla cada vez más de “conciliación laboral y familiar” ¿son nuestras fraternidades conciliadoras? ¿no nos cargamos de demasiadas “actividades” fraternas?
  • ¿Son nuestras fraternidades “integradoras”? ¿Tienen nuestros hermanos con hijos la posibilidad de una “guardería” o un “canguro” para que puedan atender a la vida de fraternidad con ellos?
  • Cuándo fijamos nuestros horarios de reuniones y actividades ¿tomamos en consideración los horarios laborales de nuestros hermanos y hermanas que no están jubilados? ¿respetamos los tiempos de descanso de aquellos que aún están en activo? ¿o fijamos nuestros horarios como si fuésemos una comunidad de frailes o todos jubilados?

 

Creo, además, que es muy necesaria una promoción vocacional pensada para familias.

 

¿No sería una alternativa que cada zona o región tuviese una fraternidad de “acogida” para familias? Una fraternidad donde pudiesen hacer el periodo de formación, donde tuviesen el primer contacto con el carisma. Una fraternidad con dinámicas propias.

 

No sé si estas fraternidades deberían luego perpetuarse o si, una vez que hayan profesado, integrarse en el resto de fraternidades ya existentes.

 

No se puede negar que el “choque generacional” puede suponer un impedimento para el desarrollo de vocaciones en nuestra Orden.

 

Al hablar de estos hermanos con familias, no pienso necesariamente en que el matrimonio con los hijos se integre en la vida de la fraternidad. Pienso, más bien, en el hermano o hermana que tiene responsabilidades familiares y que debe, por tanto, conciliar su vida laboral, familiar y fraterna.

 

Volviendo al punto anterior, si no se quisiera o no se pudiese crear aquellas fraternidades para familias, quizás sería buena idea que las familias o hermanos con familias, tuviesen una reunión propia una vez al mes, con sus propios tiempos y necesidades.

 

En fin, son solo ideas. Que quede muy claro que no hablo de “segregar” nuestras fraternidades por edades. Hablo de facilitar la integración y las relaciones fraternas.

 

Al igual que la mayoría de las personas, yo crecí en la casa de mis padres, muy cerca de la de mis abuelos. Mis abuelos fueron parte de mi vida y he aprendido mucho de ellos. Lo que soy se los debo, en buena medida a ellos. Pero no he tenido que vivir con ellos para eso.

 

Paz y Bien!

 

Gabriel López Santamaría, ofs

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