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Puedes leer las entregas anteriores aqui: https://www.pazybien.es/category/lobos/

– Practican el chantaje

Este tipo de personas se comportan siempre de acuerdo con sus intereses y culpabilizan, incomodan y provocan miedo a las víctimas del chantaje. Generalmente pleitean utilizando los recursos que les proporciona la legislación de la orden. Exigen que se respeten sus derechos Denuncian, proponen metas inalcanzables, están atentos a las ultimas novedades formales de la orden y de la Iglesia para reclamar y exigir con palabrería agresiva. Justifican su espíritu litigioso  con la frase: “Yo soy auténtico” “Yo actúo con sinceridad”.

Hace tiempo un matrimonio exigió a su fraternidad que se hicieran cargo de una deuda de 30000 dólares que habían acumulado por una abrupta crisis económica que aquejaba al país. Se entrevistaron con el consejo exigiendo esta «colaboración solidaria». Las palabras que utilizaron fueron: «En esto vamos a ver si son hermanos o no». Justificaban el pedido aduciendo la necesidad de sostener la fuente de trabajo para los obreros y el pan para sus hijos. En un primer término la ministra intento sondear la posibilidad de hacer una colecta. Sin embargo, al consultar con el asistente, este rotundamente le cerró el camino diciendo: «¿No te das cuenta de que te están usando y están usando a la institución?» Demás está decir que nadie se murió de hambre y la empresa siguió adelante con los inconvenientes propios de un país en problemas.

– No hacen autocrítica

Nunca se equivocan ni cometen errores. Siempre encontraran una excusa con que justificarse. Como utilizan una máscara siempre serán perfectos, o aun más pluscuamperfectos. Los equivocados son siempre los otros.

Es más fácil engañar a la gente

que convencerlos de que han sido engañados

Mark Twain

Además ubiquémoslos en las fraternidades. Son simpáticos. Las personas de edad los adoran porque podrían ser sus nietos. Los recién llegados creen no saber nada y  solo desean  aprender.

Ocultan hábilmente todo lo que pueden sobre su vida privada y exhortan a los eventuales participantes a hacerlo. Cuanto menos se sepa mejor.

Jamás se arrepienten porque carecen de sentimientos de responsabilidad personal. Como el escorpión: es su naturaleza

En una oportunidad una simpatizante de la espiritualidad franciscana se acerco al grupo y en la presentación revelo detalles del momento existencial por el que atravesaba. Se estaba separando de un marido al que había descubierto que tenía una pareja «oculta» y otras cosas más. Al término de la reunión la llamó aparte y le pidió que nunca más contara esas cosas porque le iban a jugar en contra si quería pertenecer a la institución. Esa simpatizante no apareció nunca más.

– Son manipuladores de las personas

Sin embargo, el talento más consumado, por el que invierten todas sus energías es la habilidad en manipular a las personas. A través de ellas se llega a controlar la institución con una inicial apariencia de servir a las personas terminan sirviéndose de ellas.

“La manipulación de personas es una degradación a la dignidad humana, pues cada persona tiene un valor incalculable, que merece todo el respeto a su naturaleza como tal. Quien manipula usa a los demás como si fueran cosas, como quien se quita o pone un calcetín. ¡Qué vileza es esta acción! Quien manipula no reconoce la dignidad de los demás, quienes son reducidos a la condición de cosas. “¡Eres una cosa! ¡Te uso mientras me sirvas! ¡Mientras satisfagas alguno de mis caprichos, placeres o intenciones!” Esta es la mentalidad del manipulador. No le importan las personas. Únicamente le importa lograr sus metas y satisfacer sus deseos”. Francisco de Cardona Lira[1]

 

Con el correr del tiempo siempre se descubre que hubo alguna segunda intención en sus acciones. Los que los rodean se ven obligados a hacer sutilmente cosas que si no existiese este personaje jamás habría hecho. Tienen la habilidad instintiva de descubrir las fragilidades de sus presas. Si nos remitimos a la fábula, el escorpión no habría nunca pedido ayuda a una víbora venenosa o a otro alacrán.

A veces son actividades buenas o neutrales. Muchas veces son prescindibles. Lo que importa es que el manipulador utiliza sus estrategias para encumbrarse y ganar poder con este sutil y extenuante trabajo. La manipulación suele durar lo que el tiempo de “enamoramiento”. Cuando se les abre los ojos los manipulados muchas veces se alejan por la vergüenza y la culpa que les produce la relación.

La veracidad se opone a a hipocresía, la falsedad y la mentira

Un comunicador radial que dice ser teólogo, con sutiles manejos indujo a una señora piadosa que escuchaba sus programas a hacer un legado a su favor de una de sus propiedades. El párroco de la comunidad donde el supuesto teólogo se reunía para hacer retiros había escuchado algo, pero no se quiso involucrar. Tuvo que intervenir el obispo del lugar a pedido de los hijos que advirtieron la maniobra.

– Son manipuladores de la comunicación y de la verdad

Hay acontecimientos que resultan desfavorables a las intenciones del personaje que estamos describiendo. Por eso a veces miente descaradamente. Otras dice medias verdades. Construye un relato que acomoda según sus conveniencias. Todo eso es posible gracias a la ingenuidad de los hermanos que jamás desconfiarían de una persona así. Por eso ni se les ocurriría  confrontar sus dichos para ver si son veraces.

Es un procedimiento indigno de los consejeros de cualquier nivel, revelar temas a tratar a alguno «presionable» para ganarse su voto favorable, mientras se deja a los demás privados de esta información. El factor sorpresa irrumpe sobre los desprevenidos mientras que juega a favor del que busca ganar voluntades. Este procedimiento es típico de muchos políticos y sindicalistas a la hora de simular que su entidad es democrática.

Hay acontecimientos que resultan desfavorables a las intenciones del personaje que estamos describiendo. Por eso a veces miente descaradamente. Otras dicen medias verdades. Construye un relato que acomoda según sus conveniencias. Todo eso es posible gracias a la ingenuidad de los hermanos que jamás desconfiarían de una persona así. Por eso ni se les ocurriría confrontar sus dichos para ver si son veraces.

La comunicación lisa y llana se vuelve imposible. Ejercen el control de la información a su antojo, privando selectivamente datos importantes a los que supuestamente conspiran contra su persona. Mientras que la sana comunicación genera comunión, su ausencia provoca división y distanciamiento.

Como la comunicación siempre es entre dos personas, la manipulada queda envuelta en una especie de “nube del no entender” lo que le esta pasando. En su desesperación por vincularse tal vez recurre a cartas. Error fatal porque el manipulador las utilizara para señalar lados flacos y lograr que una y otra vez se pregunte:” ¿Qué habré hecho?”

La Verdad os hará libres

Además, el análisis del discurso verbal muestra una anomalía: es como si recitaran un texto teatral. No se desvían de ciertos conceptos y argumentos que repiten creyendo estar frente a distintos auditorios.

En la próxima entrega: Hay una Salida. Las soluciones.

[1] www.mercaba.org

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