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Hace casi 20 años iniciamos, con un buen amigo, un sueño que se llamó «Del Cielo». Era una revista católica y para la contraportada de la primer entrega elegimos este texto.

El proyecto fracasó (como tantos otros que he emprendido) pero sigo convencido de aquellas palabras…

Envíanos locos,
de los que se comprometen a fondo,
de los que se olvidan de si mismos,
de los que aman con algo mas que palabras,
de los que se dan de verdad hasta el fin.

¡Oh Dios!
Necesitamos locos, varones y mujeres,
capaces de saltar de la inseguridad
hacia la incertidumbre de la pobreza,
que aceptan permanecer anónimos,
que pongan sus talentos al servicio de los demás.

¡Oh Dios!
Necesitamos locos del presente,
enamorados de una vida sencilla,
libertadores eficientes de la miseria humana,
amantes de la paz, puros de corazón,
dispuestos a aceptar cualquier tarea,
de acudir donde sea,
espontáneos y tenaces, dulces y fuertes.

La oración es de un dominico, un hombre santo, el padre Lebret. Nosotros publicamos un extracto pero es un poco más larga y quiero compartirla con vosotros:

“Hay hoy demasiados sabios, demasiados prudentes.
Siempre calculando, siempre midiendo.

¡Pensad que pasaría si tuvieran que romper con su mundo,
si sus padres supiesen que nunca alcanzarían una posición honorable,
si tuviesen, aunque fuese por poco tiempo, que vivir en la inseguridad!

¡Oh Dios! Envíanos locos,
de los que se comprometen a fondo,
de los que se olvidan de sí mismos,
de los que aman con algo más que con palabras,
de los que entregan su vida de verdad y hasta el fin.

Danos locos, chiflados, apasionados,
hombres capaces de dar el salto en la inseguridad,
hacia la creciente incertidumbre de la pobreza;
que acepten diluirse en la muchedumbre anónima
sin pretensiones de colgarse una medalla,
no utilizando sus cualidades mas que en provecho de sus gentes.

Danos locos Señor,
locos del presente,
enamorados de una forma de vida sencilla,
liberadores eficientes de los que no cuentan para nadie,
amantes de la paz,
puros en su corazón, resueltos a nunca traicionar,
capaces de aceptar cualquier reto,
de acudir donde sea,
libres y obedientes,
espontáneos y tenaces,
tiernos y fuertes.”

Sigo pidiendo locos, como Francisco de Asis, Teresa de Calcuta o el padre Lebret.

Y sigo pidiendo al Señor que acreciente mi locura.

Paz y Bien!

Gabriel López Santamaría

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