Este libro, publicación de la Librería Editora Vaticana, abre nuestra mirada hacia un horizonte mas allá del presente, aportando elementos entorno a motivar prácticas de paz y armonía entre las personas y los pueblos. Poder madurar esta mirada de la Paz es indispensable para el mundo pos pandemia.
En el prólogo el Papa francisco nos repite lo que ha dicho reiteradas veces «El cambio de época que la humanidad está experimentando está conformado por lo que he denominado repetidamente como ‘una tercera guerra mundial a pedazos’.”
Continúa su santidad diciendo que para enfrentar esta realidad nos invita comprometernos en el estudio de la paz, invirtiendo en la investigación científica y en la formación de las jóvenes generaciones. Por estas razones desde 2018 estableció en la Pontificia Universidad Lateranense un ciclo de estudios en Ciencias de la Paz, “basado en la convicción de que la Iglesia está llamada a comprometerse en «la solución de los problemas relativos a la paz, la armonía, el medio ambiente, la defensa de la vida y los derechos humanos y civiles». (Evangelii gaudium, 65).

En tal compromiso «el mundo universitario tiene un papel central y este desafío interpela a la Iglesia que, con su red mundial de universidades eclesiásticas, puede «aportar la decisiva contribución de la levadura, la sal y la luz del Evangelio de Jesucristo así como la Tradición viva de la Iglesia, siempre abierta a nuevos escenarios y nuevas propuestas», (Veritatis Gaudium, 2).
Este volumen – continúa el Papa en el prólogo – expresa un diálogo fructífero entre la filosofía, la teología, el derecho y la historia. Confío en que una profundización rigurosa de estas líneas de investigación, alimentadas también por las aportaciones de las ciencias humanas, fomentará el crecimiento de un «conocimiento de la paz» para formar a pacificadores verdaderamente valiosos, dispuestos a ponerse en juego en los más diversos ámbitos de la vida de nuestras sociedades.
Quisiera subrayar que un buen trabajador por la paz debe ser capaz de madurar una mirada al mundo y a la historia que no caiga en un «exceso de diagnóstico», que no siempre va acompañado de propuestas resolutivas y realmente aplicables». (Evangelii gaudium, 50).
Quienes deseen convertirse en expertos en Ciencias de la Paz deben aprender a estar atentos a los signos de los tiempos: el gusto por la investigación y el estudio científico debe ir acompañado de un corazón capaz de compartir «las alegrías y las esperanzas, las penas y las angustias de los hombres de hoy» (Gaudium et Spes, 1) para saber hacer un verdadero discernimiento evangélico.
Realmente necesitamos hombres y mujeres, bien preparados, equipados con todas las herramientas necesarias para leer e interpretar las dinámicas sociales, económicas y políticas de nuestro tiempo. Comprometerse en estos caminos de formación puede ser una ayuda válida para que muchos jóvenes descubran que «la vocación laical es ante todo caridad en la familia y caridad social o política: es un compromiso concreto a partir de la fe para la construcción de una nueva sociedad, es vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diversas exigencias, hacer la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la misericordia, y así extender el Reino de Dios en el mundo». (Christus vivit, 168).

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