Fratelli Tutti – Capítulo cuarto
La fraternidad es una opción existencial y social, “todos los seres humanos somos hermanos y hermanas, si no es sólo una abstracción, sino que toma carne y se vuelve concreta” (n. 128).
Las fronteras políticas limitan la movilidad humana, los migrantes que llegan a nuestros países tienen que ser tratados desde estos “cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar.” (n. 129). Los migrantes son humanos que aportan su cultura y formación en los países destinos (n. 130-132).
La propuesta de fraternidad, lleva a acoger en el corazón al otro (n.133). En esa amplitud el papa Francisco invita, “ampliando la mirada, con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb recordamos que «la relación entre Occidente y Oriente es una necesidad mutua indiscutible, que no puede ser sustituida ni descuidada, de modo que ambos puedan enriquecerse mutuamente a través del intercambio y el diálogo de las culturas.” (n.136).
El sentido de fraternidad toca el ordenamiento local y global, “necesitamos desarrollar esta consciencia de que hoy o nos salvamos todos o no se salva nadie” (n.137).
Un componente de la fraternidad es la gratuidad (n. 140). Es importante en el sentido de acogida generar, “una cultura social y política que incorpore la acogida gratuita podrá tener futuro.” (n.141).
Todos los humanos tenemos venimos de una realidad local, allí están nuestras raíces (n.142.145). Por eso no es aceptable que, “Lo universal no debe ser el imperio homogéneo, uniforme y estandarizado de una única forma cultural dominante” (n.144). Una mentalidad amplia, es reconocer lo local y lo universal, además de ver en los pueblos originarios su profundo enlace con la creación y la tierra (n.146-151). No puede ser el interés de los países poderosos los que definan el sentido de los pueblos más empobrecidos (n.152).
Fray René Arturo Flores, OFM
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