El donativo es para ampliar el Centro Solanus Casey y atraer más peregrinos.
El empresario Art Van Elslander donará US$ 20 millones para permitir que más peregrinos veneren al futuro santo de Detroit.
Art Van Elslander, el dueño de las tiendas de muebles Art Van en Michigan, Ohio, Illinois e Indiana, donará US$ 20 millones para ayudar a los franciscanos capuchinos de Detroit a ampliar su centro de visitantes dedicado a Fray Solanus Casey – un fraile que hizo milagros en Detroit.
El empresario comentó en un correo electrónico a Crain’s Detroit Business que recuerda a su padre visitando al hermano Solanus en el convento de Mount Elliott Street, «cuando necesitaba ayuda y guía».
«El padre Solanus sigue ofreciendo esa esperanza a muchos a través del trabajo del Centro y la sopa caliente que preparan los capuchinos, y tengo el privilegio de honrar su legado de una manera que beneficiará a toda la comunidad». Afirmó
Desde la beatificación del fraile capuchino, el 18 de noviembre de 2017, la cantidad de peregrinos que visitan el el convento, se ha incrementado notablemente.
El lugar fue renovado en la década de 1990 para dar cabida al creciente número de peregrinos que visitan el convento para orar en la tumba del beato.
Posteriormente llamado Solanus Casey Center, el nuevo edificio, construido al lado del convento y la iglesia, incluye una tienda de regalos, más instalaciones de servicios para los visitantes, un museo y un teatro donde se proyecta un video de la vida de Casey. El Centro, además, cuenta con salas para retiros, confesiones y guia espiritual .
Los franciscanos señalan, sin embargo, que desde la beatificación ha habido un aumento de peregrinos y la capacidad del edificio se ha vuelto insuficiente.
Los frailes han intentado durante los ultimos tres años comprar las tierras que existen alrededor del actual convento y centro de visitantes, pero no lo han conseguido, hasta ahora, gracias a la donacion de Elslander.
Ahora los frailes esperan ampliar las instalaciones casi un 50 por ciento, agregando un área al aire libre para celebrar misas, más espacio para visitantes, una cafetería y más estacionamiento.
El director del centro, fray David Preuss, comenta que el dinero permitirá a los Capuchinos lograr «algunas de las cosas con las que solo podríamos soñar». Y agrega: «Cuando el Sr. Van Elslander tiene un proyecto en la cabeza, se mueve más rápido de lo que podíamos imaginar … en tres semanas, pudimos concretar muchos, gracias a el«.
El Beato Solanus Casey, llamado Bernard (Barney) por sus padres, nació en Wisconsin en 1870 en Oak Grove. Era un hombre devoto y sencillo que sintió el llamado al sacerdocio. Sin embargo, tuvo dificultades con sus estudios porque las clases de seminario en ese momento eran en alemán y latín.
Después de que le pidieran que abandonara el seminario, se unió a los franciscanos capuchinos. Aunque fue ordenado sacerdote, no se le permitió escuchar confesiones ni predicar públicamente. Sin embargo, Casey aún vio su ordenación como un regalo y se volvió incluso más santo.
Fue nombrado portero del convento y su función era la de saludar a los invitados en la puerta. Como resultado, sin embargo, fue capaz de aconsejar y orar con muchas más personas de las que hubiese podido desarrollando otro ministerio.
El padre Benedict Groeschel, fundador de los Frailes Capuchinos de la Renovación (CFR) que murió en 2014, conocía a Casey cuando era un joven novicio. Fue el quien contó la anecdota en la que relataba un día en que entró en la capilla y vio a Casey en éxtasis, «Él no tenía ni idea de que las luces estaban encendidas. Y no se movió. Tenía los brazos extendidos. Y era tarde en la noche. Él no sabía que yo estaba allí. Apagué las luces, y me quedé mirando. Han pasado 55 años y todavía se me pone la piel de gallina cuando hablo de esto «.
Groeschel explicó que Dios hace milagros a través de Casey, y personas como él, por su simplicidad, y agregó: «Este hombre era absolutamente simple. No tenía prácticamente ningún ego … Yo Conocí a la Madre Teresa y al Padre Solanus, y me costaría mucho trabajo decir quién era más santo».
Casey murió en 1957 y fue enterrado en el cementerio de los frailes. Su cuerpo fue exhumado en 1987 en presencia del Cardenal Edmund Szoka, arzobispo de Detroit, y su cuerpo se encontraró en gran parte incorrupto a pesar de que el agua que se habia estancado en el ataúd.
El cuerpo fue trasladado al costado del santuario, donde ha sido puesto a disposición para la veneración de los fieles.
Antes de la ceremonia de beatificación, el cuerpo fue nuevamente examinado y se tomaron reliquias de primera clase, incluidos huesos y cabello. Le pusieron un nuevo hábito y un nuevo ataúd que ahora se ve en el centro.
Con información del Church Militant
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