El Cántico al Hermano Sol o Cántico de las Criaturas, es un escrito en lengua vulgar italiana, es considerado una joya dentro de la cultura italiana, al mismo tiempo de la literatura cristiana. Se le ubica su composición en un consenso entre 1224 y su muerte 1226; para Paolazzi resalta que su composición se da “entre el invierno y la primavera de 1225, cuando fray Francisco se alojaba en una celdita de esteras junto a San Damián, tan maltrecho de su enfermedad de la vista y por los tormentos físicos” (LP 83).

Lo que se resalta con evidencia es el contexto de enfermedad, soledad, tribulación y mística, unido al hombre con los estigmas que han marcado su carne y el espíritu.
La oración del Cántico, como bien lo hacen ver las fechas, está marcada de un contexto de enfermedad y fragilidad en Francisco, al mismo tiempo de movimientos internos existenciales y tribulaciones muchas de ellas externas. En este sentido se encuentra el hecho de la aprobación de la Regla “bulada”, que fue fruto de un proceso con la fraternidad, junto con un trasfondo de tensiones institucionales; de igual manera está el Testamento donde expresa su voluntad más firme para con sus hermanos, del ser y hacer de esa fraternidad minorítica.
También se encuentran entre los elementos del contexto de la elaboración de esta alabanza, la intención clara de provocar la reconciliación ante la enemistad que se daba entre la autoridad eclesiástica y la autoridad civil del pueblo (LP 84; EP 101). Lo que podríamos decir que fue el último contexto del Cántico, surge alrededor de su muerte, donde añade a la alabanza ya elaborada el de la “hermana muerte” (LP 7; 1C 109; EP 123).
Al comprender el contexto del Cántico, nos encontramos directamente con el misterio humano y cristiano de Francisco, además de los conflictos que vivió; expresará el fraile Èloi Leclerc, “parece, pues, imposible comprender este Cántico sin relacionarlo directamente con la experiencia profunda de Francisco, con su áspero sufrimiento, con su paciencia heroica, con su combate cotidiano por los valores evangélicos, con su gozo sobrenatural, con su existencia íntima, en una palabra, con Cristo. Este Cántico brota de las profundidades de una existencia.”
El Cántico muestra un sentido total de alabanza, es decir, un género propio de la oración y la liturgia, la cual era parte de la vida de Francisco. Lo original en el cántico, es que surge de una experiencia existencial que se hace alabanza, es parte de la oración cotidiana que acompaña a Francisco. Dirá Fr Julio Herranz, “quizá la herencia más preciosa que nos ha dejado Francisco sea, cabalmente, este Cántico de las criaturas. Por lo que representa de síntesis entre teocentrismo y humanismo. Él la realizó en un momento capital de la historia de Occidente, cuando alboreaba una nueva imagen del mundo”.

¿Cuánto tiempo, Francisco llevaría en su corazón este cántico de las criaturas? Esta inquietud se devela ya al final de su existencia: el Cantico es expresión del camino de su vida.
El Cántico de las Criaturas, es hoy una ruta de espiritualidad que nos conecta con el Dios Creador y su obra de amor que es la Creación. Es una propuesta de un modo de estar con las criaturas y sus ecosistemas, es una denuncia al modelo económico depredador, consumista y extractivista que se ha impuesto. Esta es una alabanza que parte del misterio de ser creaturas, donde se resalta la fragilidad y belleza humana, en comunión e igualdad radical con cada criatura con quienes habitamos esta “hermana madre tierra”.
FRAY RENÉ ARTURO FLORES, OFM
El Texto
1Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
2A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
3Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
4Y él es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
5Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las has formado luminosas y preciosas y bellas.
6Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
7Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.
8Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche,
y él es bello y alegre y robusto y fuerte.
9Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.
10Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.
11Bienaventurados aquellos que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán.
12Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
13¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!:
bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.
14Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad.
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